27/10/08

Lecturas amigas

Ha sido una grata sorpresa. No es fácil encontrar personas con medios e iniciativa, y sensibles a la causa. En el libro de lectura (con narraciones, poesía, teatro y actividades) de clase (de seis años) de mi sobrino, podemos descubrir historias familiares (como adopciones de niños de países del sur) sociales (de punkis solidarios) de animales de todo tipo, historias de personajes fantásticos, de personas de distintas razas (con todas normalidad) y países, como inmigrantes de Pakistán, de China… y además de visitantes, como los niños saharauis.
Un diez, a la Editorial Santillana, por intentar difundir e inculcar a las nuevas generaciones, valores que en ciertos momentos hemos pensado que se están perdiendo y en algunos casos, que nunca han existido; como la tolerancia, la igualdad y la justicia. Y también a la persona responsable del colegio, en la elección del libro: Lecturas amigas, primeros pasos. 1º Primaria.
Os transcribo el texto de la imagen, que acompaña a las ilustraciones de María Luisa Torcida:
“SAHARAUI
La semana pasada llegó Laila en el tren de las cuatro.
Laila es una niña saharaui que, desde hace tres años, pasa los veranos en mi casa.
Laila es muy simpática.
Todos la queremos mucho.
Laila me ha enseñado fotos de su país. Se llama Sahara y es un enorme desierto. Ella vive en un campamento, en una tienda de tela llamada jaima.
La jaima no tiene cuarto de baño, ni electricidad, ni agua… El suelo está cubierto de alfombras.
Cuando Laila está con nosotros, abre a menudo el grifo del lavabo y mete las manos bajo el chorro de agua fría.
Laila nos recuerda lo afortunados que somos por tener agua en nuestra casa. Ella piensa que el agua es un tesoro que hay que cuidar.
Laila me ha enseñado a jugar al ajedrez en un precioso tablero que le ha hecho su abuelo. Y me ha dicho que el próximo año me traerá un ajedrez como regalo. Le va a pedir a su abuelo que le haga otro para mí.
A Laila le divierte mucho montar en el ascensor y subir y bajar una y otra vez. También le gusta tumbarse bajo los árboles del parque. Ella me ha explicado que en su país casi no hay árboles.
Sin embargo, a Laila no le gustan nada los ruidos de la ciudad: los coches, las sirenas, los pitidos…
Mi amiga dice que prefiere el silencio del desierto.
Antes de dormir. Laila me cuenta historias del desierto y yo sueño con caravanas de camellos y dromedarios.”